Necesitamos la presencia de Dios, sentir el calor del Espíritu de Dios, sentir y saber que el Señor habita en medio nuestro; no una presencia momentánea o transitoria sino continua.
No somos merecedores de la presencia de Dios, la recibimos por gracia y por misericordia, por eso debemos acudir a Él y pedir su presencia; al tenerla y experimentarla, debemos apreciarla y no dejarla ir.
Deseamos que esa presencia sea continua, no queremos que se vaya de nosotros, porque se puede ir si no hay un sometimiento a Dios y su Palabra.
Existen muchas cosas que pueden detener la bendición de Dios y su presencia en nuestras vidas y por eso tenemos que cuidar con temor y temblor esa comunión. ¡No descuides tu comunión con Dios!
Fueron las palabras de nuestro presidente durante la exposición bíblica en el Servicio de Clausura de nuestra Trigésima Convención Nacional en Panamá Shekinah 2019.