• 05 de Marzo, 2021

Ministros Calificados

Dios requiere de ministros calificados en su santa obra. Los ministros, no somos dueños, no somos jefes. El Dueño y el Jefe es el Señor. Nosotros somos servidores de Cristo, por lo tanto no somos superiores, ni más grandes que los demás, no hablamos con arrogancia, ni prepotencia; todos los obreros somos iguales en el campo de labor, desde aquel que está en un pueblo alejado en alguna nación, como aquel que está en alguna capital.

Pablo dice "Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios." 1 Corintios 3:9

La iglesia siempre ha sido del Señor y le pertenece a Él. Nosotros no somos dueños de la iglesia. Todos los ministros de Cristo, tendremos que rendir cuentas al Señor de nuestro trabajo y de nuestro servicio. Debemos tomar como nuestro mayor ejemplo a nuestro Señor Jesucristo, aprendiendo de Él cada día, de su humildad y de su mansedumbre.

Dios en su bondad nos ha dotado de talentos, virtudes y capacidades, pero no se nos puede olvidar que lo hemos recibido de parte de Dueño de la Obra.

Como siervos del Señor, no estamos para buscar buscar nuestro propio beneficio por medio de la obra de Dios. Somos administradores de las cosas de Dios y lo hacemos para la gloria de El y para beneficio de la iglesia de Cristo.

Un administrador, un colaborador, un mayordomo es responsable por los recursos del Señor. No andamos buscando gloria, fama, ni reconocimientos humanos. 

Queridos compañeros en el santo ministerio, Dios nos ha dotado de su sabiruría y nos ha dado revelación por el Espíritu Santo, para anunciar su Palabra al mundo. Pero debemos tener claros, que no es por nuestro méritos, sino por su gracia, amor y misericordia.

Se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. Seamos fieles en nuestro servicio y colaboración con el Dueño de la Obra. 

"El mal mensajero acarrea desgracia; Mas el mensajero fiel acarrea salud" Proverbios 13:17

Seamos fieles en el mensaje que viene de Dios, porque no es nuestra enseñanza, sino la Palabra que viene del cielo. Seamos fieles en la entrega de ese mensaje, tal cual como el Señor nos la entrega. Es esencial en un ministro, su lealtad, su obediencia incondicional a su amo. 

Seamos fieles en todo para que adornemos la doctrina. Un ministro calificado es un ministro Fiel en todo. Quizás no tengamos la gran elocuencia o conocimiento, pero la fidelidad a Dios está por encima de todo. 

También un ministro calificado cuida su vida moral; se conserva y mantiene puro delante de Dios. 

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