Los principios morales y éticos hoy en día son menospreciados por el mundo. Si no asumimos los valores que Dios establece en su palabra nos dirigimos a un precipicio.
Dios es un Dios en el cual se puede tener toda confianza porque la palabra credibilidad es la acción de ser creíble y nuestro Dios lo es. Es fiel y creíble en su preservación, porque Él nos ha preservado hasta hoy. Es creíble en su salvación, porque como dice la biblia en Hechos 16:31 “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”.
Somos de valor porque tenemos el tesoro de la predicación el evangelio de Cristo, pero para que surja efecto ese mensaje es necesario que nuestra vida sea creíble. El carácter del cristiano se forma en la lucha y en la prueba.
La credibilidad no es un acto sino más bien un carácter, construido sobre fundamentos y principios correctos y son correctos y son fundamentos cuando han resistido el paso de las circunstancias.