Toda relación del carácter de Dios, comienza con una manifestación de su santidad, Shekinah me habla de fuego, se necesita fuego para esperar al Señor. Es necesario la revelación y el trato de Dios con nuestras vidas.
El profeta Isaías encontrándose delante de la presencia de Dios exclama ¡Ay de mí! que soy muerto, porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey”. Es medio de esa visión Cuando nos encontramos en la shekinah de Dios nos autoevaluamos y reconocemos nuestra condición.
En el capítulo 6 del libro de Isaías encontramos 4 etapas de una visión transformador: es necesario entrar en el templo de Dios delante de su presencia, reconocer nuestra condición de pecador, una vez reconocido esta condición seremos limpios para finalmente llevar a cabo la visión de Dios.
Isaías era un hombre de labios impuros que llego a entender su visión y los planes de Dios para con su vida. La visión de Dios nos rebela la condición en la que nos encontramos. Cuando viene la visión entendemos que el espíritu de Dios es el que cambia.