La palabra protocolo es una palabra que viene de la antigua Grecia; cuando había un manuscrito legal, la primera página se llamaba Protocolo. Es decir, es lo primero que viene en una situación o en una secuencia. Esta palabra también se usa en ámbitos informáticos, legales y políticos.
Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. Hechos 18:9-10.
Aquí el Apostol Pablo tiene un momento de temor, de inestabilidad. Pero el Señor establece con él un protocolo, porque lo conecta con su ministerio y le recuerda que él es el hombre escogido para predicar las buenas nuevas de salvación.
Todo temor es un desequilibrio y cuando hay un desequilibrio, necesitamos estabilidad. Muchas veces viene a nosotros el temor y es ahí cuando necesitamos que Dios empiece a mover el Protocolo de la Estabilidad Divina en nuestra vida.
Por más ungido que seamos, por más cargos o posiciones que podamos tener, si estamos sirviendo al Señor de corazón, necesitamos Protocolos de Estabilidad Divina; porque hay dos naturalezaas que han entrado en contacto, la humana y la divina.
Y esto que nos parece, algo tremendo, es un conflicto interior porque tenemos una mente finita y Dios es Omniciente; seguimos teniendo limitaciones en el espacio, pero Dios es Omnipresente. Estamos sujetos a debilidades humanas, pero Dios es Omnipotente, no hay debilidad en él, no la habido, ni la habrá.
En estos tiempos de pandemia, Dios es Todopoderoso, no importa lo que suceda. Él sigue estando en su trono.
Dios nos ha salvado y somos sus hijos, pero en este momento, no ha habido un cambio de naturaleza humana a divina en nosotros, seguimos teniendo la mente finita, aun tenemos debilidades, por eso necesitamos el Protocolo de la Estabilidad de parte del Señor cuando vienen los momentos de crisis, de temor o desequilibrio.
A veces nos hemos sentido abrumados de algo, por algo que sentimos que es más grande que nosotros; que no sabemos que decir, que no podemos dar una respuesta. Es ahí cuando nuestra inestabilidad es un acceso a buscar la estabilidad que viene de parte de Dios.
Cuando se nos nubla de repente la vista y sentimos que todo da vueltas ¿Qué hacemos?, por lo general buscamos algo donde apoyarnos, algo estable que pueda ayudarnos en nuestra inestabilidad.
Ahí es donde entendemos el poder de Dios; porque Cristo es la Roca Eterna de la salvación. El que edifica su casa sobre la roca no caerá, pero no es por el poder de la casa, sino por el poder y la estabilidad de la Roca.
La estabilidad de esta obra del Movimiento Misionero Mundial es el Dios de los cielos y la poderosa Palabra que predicamos.