• 26 de Febrero, 2020

Para servir hay que ser sanados

El Rev. Carlos Medina, supervisor nacional de España y del Bloque A de Europa, desarrolló el mensaje divino bajo el tema Para Servior hay que Ser Sanados, basado en Jeremías 30:12-17. Sabemos que Dios nos dice que el pecado es una enfermedad, el kyrios poderoso quiere ser el centro de nuestra familia, Él quiere tener acceso en el corazón del matrimonio y nuestros hijos; la enfermedad más fuerte es el pecado en la familia cuando no tenemos a Cristo en nuestro corazón.

Es un privilegio decir he cumplido con lo que Dios me ha demandado; la iglesia es un hospital de cuidado intensivos donde Dios imparte sanidad, fortaleza y nos consuela en cualquier situación. 

Si no cumplimos con nuestro rol, como esposo, nuestra familia no funcionaría. El Señor quiere brillar en nosotros, porque somos su iglesia. La peor enfermedad es la espiritual que no da síntomas.

En Europa, hay mucha depresión entre la población, muchas familias son secas, no imparten amor; pero cuando Cristo llega, Él cambia las vidas y los corazones y aplica su medicina celestial. 

Él quiere sanar nuestras vidas aún las que están desde la infancia. Muchos han buscados caminos oscuros en los vicios, pero cuando el Señor Jesucristo aparece, nos guía por el camino correcto, el mundo está lleno de odio y de maldad, pero Cristo vino a reinar con amor y paz.

Nosotros como hijos de Dios debemos amar aún a nuestros enemigos, aun a aquellas personas que quieren hacernos daño, de esta manera hacemos una diferencia y mostramos el amor del Padre.

No importa cuanta maldad haya, porque el amor va derrotar el odio; ciertamente cuando estamos desanimados nos cuesta adorar y orar a Dios, por eso hay que entronizar a Cristo en nuestras familias, cuando somos víctimas entra una minusvalía es decir, no nos valemos nosotros mismos, por eso hay que buscar la sanidad total para hacer retroceder a los demonios y a satanás.

Para crecer, la iglesia debe ser sanada, haciendo retiros y ayunos. También debemos reconocer los errores que hemos cometido y pedir perdón. Dios sana lo que el hombre no puede sanar. Nuestro kyrios quiere reinar en el ministerio, en el matrimonio y la familia. Cristo tiene el antídoto para salvar las vidas que es su sangre, que tiene poder.

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